Es extraño. Te lleva tiempo darte cuenta. La vida en ocasiones elige por nosotros y no hay devolución. Y no sé el porqué pero es triste, muy triste. Esa sensación de ver que hay algo que impide que las cosas vayan bien y no haya manera alguna de descifrar qué o quién es el obstáculo que lo destroza todo, dejando los mejores momentos vividos a un lado para sacar lo amargo al exterior.
Odio ser tan apático. Sinceramente no hay manera de que no me afecten las cosas de los demás a mi alrededor. Me encariño y no puedo consentir que nadie en mi entorno se sienta mal. Y ante los acontecimientos que tenemos por delante, prefiero ignorar al mundo en la medida de los posible. Dejar de pensar que eres la jodida causa de que los demás se sientan mal y te veas en la obligación de solucionarlo.
Aunque será una lástima,
Jesús
Acción Final
No sé con qué decirlo,
porque aún no está hecha
mi callada palabra.
JRJ
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