Todo este tiempo triste, y ahora por absurdo que parezca, echo de menos estar haciendo las cosas más estúpidas del mundo. Son momentos pasados que veo en mi mente cada vez que voy a ese lugar.
jaja,qué iluso eres Jesús
...me repito, y nunca escarmiento. Nunca aprenderé que no todo el mundo va a estar ahí, que lo que vale es lo de dentro, que tengo que ser valiente, a no inclinarme hacia nadie y a ser yo mismo ante todo.
Y me creo mis murallas de aire, esas tan fuertes las primeras dos horas de esfuerzo e inexistentes al instante.
Prometer en vano no sirve de nada, hay que fijar una meta, a pesar de que ésta sea la más irónica del mundo...
o eso dicen
-Cuanto echaba de menos escribir-
Albert
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