domingo, 30 de marzo de 2014

Faro de Guía

Es curioso como después de tantas y tantas entradas, esta tiene el nombre que el propio blog tiene. Será porque algo especial debe ser, ¿no? 

Hace justo un año, estábamos en un tren, después de pasar un día extraordinario, algo lluvioso, pero genial en sí: portazos en una iglesia, bromas cada dos por tres y el descubrimiento de un regalo en una mochila antes de tiempo con un "uy no tenia que haber visto esto". Contando los minutos para darte algo, hasta que dieron las doce, y sacaste el regalo más mal envuelto jamás visto. Menos mal que te gustó.

Solo tú y yo sabemos cuánto echamos esos días de menos. Pero al menos algo me conforta al mirar atrás: te tengo a ti. 

Lo que se dijo en aquella terraza, sigue a día de hoy: por siempre. Y así es. Que la vida da una infinidad de vueltas es algo inevitable, y que no sabemos donde vamos a estar más aún, pero estoy contento, porque lo hemos conseguido.

Faro de Guía en mi vida es algo que no se podía explicar con palabras, hasta que el chacho llegó. 

Faro de Guía es todo aquel impulso que te lleva a seguir; no importa cuán larga sea la espera; no importa las veces que sean necesarias; no importa el miedo, porque desaparece al instante.

Faro de Guía eres tú, amigo, hermano y familia.

Faro de Guía eres tú, Daniel Alonso Miró.

Jesús

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