Sigo sin entender el porqué de muchas cosas. La rabia y la ira se apoderan de mí y me siento más inútil por momentos. Intento no preocuparme y la preocupación se duplica, como viene pasando desde hace ya mucho tiempo. Las causas son tantas y cada una más aburrida que la otra,tan mascadas y secas que me hacen reflexionar tanto...
Todo este aglutino de sin razón me lleva a preguntarme:
¿Para qué?
y aunque la respuesta suene a despedida, no estoy del todo seguro, y a día de hoy sé que no lo estaré nunca; es "don" en mí. Las despedidas marcan un antes y un después, o eso se suele decir y por muy egoísta que pueda sonar, estoy cansado de la mismas caras, de las mismas acciones, de la gente, de TODOS Y DE TODO.
y si -verdaderamente- el "pero" soy yo,
no lo llegaré a comprender nunca.
Albert
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